Miriam Rodríguez, la sonrisa más 'cuqui' de la Liga

Miriam Rodríguez (Talavera de la Reina, 1994) apenas era una niña cuando sus amigas la bautizaron con el apodo de Kuki, mote que le acompaña en el mundo del fútbol. "Siempre he sido bajita [1,60 de estatura] pero resultona y mis amigas decían que era muy cuqui. ¿Coqueta? Soy de las que llego pronto al vestuario para arreglarme con tiempo y salir de buen ver al terreno de juego. Si con eso te contesto...", reflexiona.

Dio sus primeros pasos en el mundo del deporte a lomos de un caballo. Practicaba doma clásica, algo que tuvo que dejar cuando se dio cuenta de que era incompatible con el fútbol. "Siempre me han atraído los balones. Los primeros recuerdos que tengo son de mi madre llevándome a ver los entrenamientos de mi hermano y colarme en el campo para poder pegar patadas a la pelota", asegura.

Las futbolistas podemos ser tan femeninas como cualquier otra mujer"

Comenzó a jugar al fútbol en Talavera, pero su calidad pronto la obligó a hacer las maletas y buscarse la vida fuera de casa Jugó en el Valladolid y el filial del Rayo Vallecano antes de fichar por el Atlético de Madrid en 2012. "Siempre quise jugar en el Atlético de Madrid porque es un club que cuida mucho a la sección femenina. He crecido admirando a Amanda Sampedro y ahora tengo la suerte de tenerla como compañera y capitana. Valoro mucho sus consejos y su ayuda", dice.

En su cuarta temporada de rojiblanca -segunda en el primer equipo-, Kuki busca encontrar su sitio en el once de Ángel Villacampa. "Mi puesto natural es el de mediapunta, pero la prioridad es ayudar al equipo como sea", asevera la '19' rojiblanca, que lleva cuatro goles en lo que llevamos de curso. "No es la faceta en la que más destaco, soy más de dar el último pase", subraya.

A la hora de hablar de objetivos, la colchonera es valiente. "Queremos ganar la Liga.

El año pasado quedamos segundas y queremos ir un paso más allá. Sabemos que la situación es complicada, pero tenemos equipo para lograrlo. Estamos en un campeonato muy igualado y cualquier rival te puede hacer perder puntos. Afrontamos cada partido como una final", avisa.

Practicante del freestyle en sus ratos libres,

Miriam compagina el fútbol con los estudios de Psicología. "Me ayuda a la hora de saber llevar determinadas situaciones y afrontar partidos concretos. Quién sabe si en el futuro pueda dedicarme a la psicología deportiva", barrunta.

Soñadora, impaciente y sincera, Miriam lidera una generación llamada a romper tabúes. "El fútbol no entiende de sexos y las futbolistas podemos ser tan femeninas como cualquier mujer", sentencia.

Fuente:MARCA.COM